Los niños y niñas que presentan dislalias en su habla presentan:
Deficiencia intelectual: Las dislalias son un problema añadido a los del lenguaje del niño o la niña deficiente. Hay que plantear su corrección más a largo plazo, es más lenta y estará condicionada por su capacidad de discriminación auditiva y su habilidad motora. Cuando se habla de dislalia, habitualmente se refiere a la dislalia funcional y los tipos de errores más habituales son: sustitución, distorsión, omisión o adición.
En este sentido, la intervención terapéutica en pacientes con dislalia debe incluir la estimulación en las bases funcionales de la articulación, como son: la respiración, la motricidad buco-facial y la discriminación auditiva; es decir, se debe propiciar que el paciente identifique y utilice correctamente el ritmo y fuerza de la respiración en la emisión de los sonidos, identifique los órganos buco fonatorios que intervienen en la emisión de los sonidos y la forma correcta en que deben colocar cada órgano (moldeamiento) y, finalmente, fortalecer el reconocimiento y diferenciación de los sonidos para con ello dar pie al uso generalizado del o los fonemas.
Las dislalias son alteraciones en la articulación de algunos fonemas (la articulación mínima en el sonido de una lengua, por ejemplo el sonido de la “s” o la “r”), ya sea por ausencia o alteración de sonidos concretos del habla o por la sustitución de estos por otros de forma inadecuada; en personas que no muestran patologías del sistema nervioso central ni en los órganos que activan el habla (garganta, cuerdas vocales, lengua, etcétera).
Estas alteraciones del habla son dislalias si persisten más allá de los cuatro años de edad, pues hasta entonces, suelen aparecer frecuentemente como parte del desarrollo del lenguaje.