La salud sexual y reproductiva trata de asegurar una vida reproductiva sana, satisfactoria, segura y libre de riesgos, así como una sexualidad responsable.
La salud sexual y reproductiva requiere un acercamiento de manera positiva y respetuosa, protegiendo y respetando los derechos sexuales de cada persona; esto permitirá que las relaciones sexuales, la obtención de placer y las experiencias sexuales puedan ser placenteras, seguras, libres de riesgos, imposiciones, mandatos, exigencias, discriminación y violencia.
Los conflictos que pueden surgir en relación a la sexualidad pueden manifestarse de forma diversa y pueden situarse alrededor de:
Es importante encontrar y entender el origen o una explicación a la problemática sexual que se está presentando en cierto momento. Para lo cual será de suma importancia acudir a un espacio terapéutico en el cual se pueda interrogar y profundizar la situación.
Es frecuente que dichas dificultades en relación a la sexualidad estén relacionadas con las costumbres culturales, experiencias y creencias familiares, o bien, conflictos emocionales que vienen desde la infancia y repercuten en los vínculos actuales.
La salud sexual y reproductiva involucra que durante todos los ciclos y procesos de la vida, una persona ya sea hombre, mujer o persona diversa, lleve y encuentre un estado de bienestar físico, psicológico y social en relación a la sexualidad.